Adaptación Hedónica: felicidad que decae.

Los humanos pasamos de un momento de felicidad eufórica a una estándar.

Deseas conseguir algo (un producto, un objetivo, una experiencia,…), estás muy feliz pensando en aquello que obtendrás. Una vez lo tienes, sientes una felicidad INMENSA. Sin embargo, esa sensación placentera irá decayendo, volviendo a tu situación emocional previa. ¿Cuántas veces te ha pasado?

La Adaptación Hedónica es la tendencia de los humanos de volver a una situación de felicidad “normal/estándar” después de vivir momentos que nos producen placer y felicidad, es lo que se denomina el Set Point de la felicidad. Es decir, es una especie de “punto fijo”, una media, donde nos situamos en relación con nuestra felicidad en el día a día.

Por ejemplo, mañana ganas la lotería, es obvio que estarás increíblemente feliz. Sin embargo, tras esa “subida” en nuestra sensación de placer interno, un tiempo después (variable para cada persona), volveremos a ese Set Point (punto de ajuste) de felicidad.

¿Es posible sentirnos siempre en el nivel de máxima felicidad?

No existe una fórmula que impida ese retroceso al punto inicial de felicidad, sí te puedo comentar algunas sugerencias que pueden ayudar a gestionarla:

  1. Vivir el presente: Proponte disfrutar del ahora de forma consciente, obsérvalo con calma. Proponte gozar con lo simple, centrándote en las pequeñas cosas diarias. Por ejemplo, en la tostada con tomate que desayunes, o el momento con tu té, o en el camino a comprar el pan, o donde quieras.
  2. Racionar la felicidad: Como nos acabaremos acostumbrando a esa situación nueva de placer, aprende a dosificar aquello que te da felicidad, ya sea comer algo, comprar algo, ir al campo, una actividad, disfrutar de alguien, y un infinito etcétera. Es decir, que si tienes tres actividades que te ilusionan, tal vez las puedes dividir en tres momentos y no llevar a cabo las tres en uno solo. Otro ejemplo, puede ser el aprender a jugar con las tareas, o sea, si tienes que hacer dos actividades, mira si puedes hacer primero la menos agradable y dejar la más satisfactoria para después.
  3. Capacidad de sorpresa: Tener curiosidad de ver el nuevo día con una mirada inédita, sorprendernos sin esperar que otros lo hagan. ¡Hazte un regalo!
  4. Mi relación con lo material: ¿Qué es lo que me falta? ¿Realmente me falta?
  5. Agradecer, agradecer y agradecer: No esperemos perder algo para pensar en lo afortunados que somos.