Invertir en salud emocional trae consigo enormes beneficios.
Iniciar un proceso de coaching te ayuda a potenciar tus habilidades y capacidades, una metodología basada en el diálogo, en la dialéctica, en donde el coach (entrenador) te acompaña en un camino de descubrimientos personales. Es importante destacar que el coaching no es terapia.
En ocasiones no tenemos una definición clara de qué queremos en la vida, cuál es nuestro propósito vital, funcionamos de modo automático. Además, van pasando los días, los años, e incluso décadas, y vamos viendo cómo determinadas dinámicas de nuestra vida tienden a repetirse, incluso, en contextos que nada a ver tienen unos con otros. Casualidad, pensamos. Iniciar un proceso de coaching es una especie de “despertar de la conciencia”. Tanto si tienes claros tus objetivos personales, como si no, encontrar un propósito vital es clave para vivir feliz.
La orientación sexual se vive de forma diferente dependiendo de la persona, y en el caso de quienes sienten atracción hacia personas de su mismo sexo, se viven unas dinámicas personales también distintas en cada uno, siendo en ocasiones una variable no trabajada en la gestión emocional que acompaña a la persona durante años en el fomento de decisiones basadas en juicios internos, en los que no se ha hecho una pausa para la reflexión.
Trabajar la gestión emocional:
Hasta que no nos iniciamos en este asunto, no somos conscientes del impacto directo que las emociones tienen en nuestro presente y en nuestro FUTURO, siendo una parte inconsciente de los pilares que sustentan nuestras decisiones en la vida. Creemos que somos nosotros quienes decidimos, pero no siempre es así, emociones no trabajadas nos condicionan más de lo que pensamos.
Existen creencias limitadoras que todos tenemos en mayor o menor medida, y que requieren una cambio de perspectiva para empoderarnos. A menudo sucede que tenemos este tipo de creencias muy arraigadas a nuestro ser, considerándolas axiomas incuestionable que minan la toma de decisiones sobre qué quisiéramos hacer en nuestra vida.
Desde el coaching personal trabajamos los bloqueos personales invitando a un cambio de enfoque, reconciliándonos con el pasado y poniendo una nueva mirada hacia el futuro, hacia quién queremos ser. Cambiar el “¿hacia dónde voy?” por el “¿hacia dónde quiero ir?”, enfrentar a la vocecita interior que nos dice “no puedo”, modificándola por el “soy capaz”.