«Me gusta demasiado el capitalismo como para vincularme con el Coaching y el crecimiento personal». Ésta es una frase que he escuchado de modo recurrente. Se trata de una CREENCIA que, además, puede ser muy limitante, impidiéndonos el progreso personal.
Controlar el miedo de conversar sobre finanzas, de dinero, es un primer paso hacia la autonomía personal. El dinero es una forma de energía como cualquier otra, con un poder para hacer cosas impresionante. ¿Te gusta el dinero y el crecimiento personal? Te pueden gustar ambas, y es totalmente lícito.
¿La Madre Teresa es buena persona y la presidenta de una multinacional (la que sea) es mala?
Tenemos tan arraigado el esquema binario de buenos y malos que, sin una base de reflexión, lanzamos titulares que materializan nuestras creencias internas sobre el mundo. Tu modo de vivir, soñar, aspiraciones, cargo profesional, no te hace mejor ni peor persona. Categorizamos constantemente, siendo habitual que utilicemos el dinero como variable para definir los valores de una persona.
Me gusta el capitalismo, ¿puedo combinarlo con el crecimiento personal?
El otro día estaba hablando con un amigo, sobre economía, me comentaba que el comunismo era la única opción aceptable hoy en día, y que cualquier otro enfoque era para “cerdos capitalistas” y, por ende, “muy malas personas”. Él es muy buena gente, estuvimos conversando largo y tendido, y terminamos hablando sobre crecimiento personal, fue una conversación muy interesante, especialmente para mí que no me enmarco en un dogma político específico. Por muy formado que él esté en teoría económica, su vinculación de apoyo a un enfoque específico junto con la etiqueta «cerdo capitalista» para todo aquel que no piense como él, es una creencia limitante para abrirse a otras opciones.
Desde el Coaching trabajamos aquellas creencias que nos impiden evolucionar. Y la relación que tenemos con las finanzas, con el dinero, es en ocasiones un tema tabú, está mal visto anunciar nuestro afecto por el dinero.
El Coaching nos puede ayudar a buscar estrategias para mejorar nuestras finanzas. No es magia, y tampoco es decir “¡VAMOS! TÚ SÍ PUEDES” a una persona que está pasando por situaciones laborales complejas. Se trata de buscar cuáles son nuestras necesidades, definir nuestras potencialidades y plantearnos objetivos realistas.
Es lícito querer multiplicar tus finanzas, querer crear riqueza, viéndolo como un elemento positivo de progreso, y combatiendo ideas autolimitantes.
El paradigma económico que conocíamos hasta ahora está cambiando, tiene fecha de caducidad, el “trabajo indefinido para toda la vida” está cada vez más en peligro de extinción, por lo que nuevos enfoques sobre nuestra relación con la riqueza necesitan ser re-reflexionados.