¿Cuál es mi verdadera vocación? Responder a esta pregunta no depende de nadie más que de ti mismo. Por ello, a través de un sencillo ejercicio de Coaching te invito a que indagues sobre cuál es tu verdadera vocación.
El IKIGAI es un concepto japonés que nos ayuda a encontrar el propósito de nuestra vida, una filosofía de búsqueda del sentido. Si bien este artículo no explica el IKIGAI en su esplendor, sí que el ejercicio está inspirado en él.
Para realizar el triángulo vocacional es recomendable que te encuentres tranquilo, sin prisa, en un lugar cómodo en el que puedas concentrarte sin interrupciones, de esta manera, los resultados serán más inspiradores.
Este ejercicio se compone de tres campos que tienes que trabajar, por lo que te recomiendo que dibujes un triángulo, y que cada punta represente uno de los tres puntos que te describo a continuación. En cada uno de ellos escribirás palabras y conceptos que hablen de ti, de tu voluntad, de tus deseos, cuanto mayor sea la sinceridad contigo mismo, más potente será el resultado. Por tanto, te invito a que inicies la actividad cuando te sientas más cómodo:
LO QUE AMO:
Reflexiona sobre ti mismo y escribe tus pequeñas y grandes pasiones, ¿qué amas hacer? ¿qué te encanta hacer? Puede ser desde leer sobre física, a observar mariposas, o a comer helado ¡todo lo que te guste! Date tiempo para reflexionar, no necesitas hacer el Triángulo Vocacional en cinco minutos, disfruta del momento de pensar en todo aquello que amas hacer.
EN LO QUE SOY BUENO / LO QUE SE ME DA BIEN.
A menudo no somos conscientes de aquello que hacemos muy bien, porque lo tenemos tan naturalizado que nos cuesta esfuerzo identificarlo. Por ello, es recomendable preguntar al entorno íntimo: “¿Qué dirías que se me da bien?”. De verdad, las respuestas que obtendrás te sorprenderán, porque las personas externas observan aquellas habilidades que desarrollamos en “Piloto automático”, es decir, sin ser conscientes de ellas y que, en realidad, las hacemos muy bien.
LO QUE NECESITA EL ENTORNO / EL MUNDO.
¿Qué necesita la sociedad? ¿Cómo puedo beneficiar a otras personas? ¿Qué puedo potenciar en mí mismo que sea un beneficio para el entorno? Aquí también incluye el «yo», no solo el resto de personas. Siéntete libre de redactar absolutamente todo lo que consideres, dejando el juicio de lado. Puede ser dinero, crecer como persona, medioambiente y un infinito etcétera.
Ser sincero contigo mismo es clave en este ejercicio. Una vez has redactado las diferentes palabras/conceptos/frases en cada uno de los puntos, es importante que identifiquemos las que se repiten en los tres apartados:
¿QUE AMO? | ¿QUÉ SE ME DA BIEN? | ¿QUÉ NECESITA EL MUNDO Y YO? |
Hablar, conversar, narrar, cocinar, la naturaleza, viajar, las matemáticas, los cálculos, enseñar, estar con personas, la comunicación, los idiomas,… | Los deportes, entretener a los perros, la paciencia, la escalada, cocinar, enseñar, las plantas, la tecnología, el diseño, narrar, memorizar, la reflexión matemática, pintar la casa, etc. | Ayudar a personas, animales maltratados sin dueños, mejoras tecnológicas que mejoren la calidad de vida, crear nuevas herramientas, enseñanza y formación, acompañamiento a personas solas, medioambiente,… |
¿Cuál es mi PROPÓSITO?
Una vez están los tres apartados redactados, identificaremos aquellos conceptos/ideas que están repetidas (de forma exacta o similar) en todos ellos y, a continuación, escribirlos de nuevo: será ELPROPÓSITO.
Te invito a iniciar este ejercicio de autoconocimiento con tranquilidad, te aseguro que obtendrás descubrimientos no esperados. En el siguiente vídeo hablo sobre el triángulo vocacional: