Cada eneatipo tiene asignadas dos líneas, llamadas flechas, que conectan con otros dos eneatipos. En el caso del Eneatipo 2 sus flechas son el Eneatipo 4 y el Eneatipo 8, desde donde se pueden obtener las características sanas de cada flecha para empoderar al Eneatipo 2 y, también, identificar aquellas posiciones insanas a las que se va cuando el ego dirige las acciones.
El Eneatipo 2 desea sentirse querido, conectar, a través de crear vínculos con las demás personas, necesitando una motivación exterior. Por tanto, las flechas en este eneatipo variarán dependiendo de la situación en la que se encuentren, yéndose al Eneatipo 8 en situaciones de necesidad de control, sentirse fuerte, querer ir a la acción. Por otro lado, la flecha al Eneatipo 4 será la que lo vincule con actitudes egocéntricas (puede ser de forma sana también, por ejemplo necesidad de no preocuparse por los demás, hacer un descanso, y realizar actividades únicamente para el Eneatipo 2), diferenciándose del resto de personas. a continuación, con más detenimiento se detallan las flechas del Eneatipo 2:
¿Cómo es el Eneatipo 2 cuando adquiere las características de su flecha al Eneatipo 4?:
Flecha al Eneatipo 4 de forma sana, en contacto con el ser:
En posiciones insanas, el Eneatipo 2 puede ser excesivamente atento con las demás personas (con el fin de rellenar su deseo básico), cayendo en el olvido de sí mismo. La flecha al Eneatipo 4 de forma sana, ayuda al Eneatipo 2 a centrarse en sus propias necesidades, en centrarse en sí mismo ante el olvido que posiciones insanas de su eneatipo le han llevado. Por ejemplo, “si no cuido de mi hija nadie lo hará mejor que yo”, puede llevar al propio olvido de las necesidades del Eneatipo 2.
Además, en esta posición de flecha al Eneatipo 4, aprende a conectar con su propia identidad, empieza a definir límites con las demás personas, adquiriendo las características de este eneatipo que quiere ser único, siendo fiel a sí mismo: “me tendrán que querer como soy, no voy a cambiar por nadie” sería una frase que el Eneatipo 2 adquirirá del Eneatipo 4, y que lo resume bien.
La dependencia emocional del Eneatipo 2, llegando a posturas insanas, encuentra en su flecha al Eneatipo 4. Cambia el modo de “cuidar” a los demás, en donde el Eneatipo 2 se olvida de sí mismo, y cambia hacia posiciones sanas en donde equilibra el cuidado de las demás personas, pero sin olvidarse a sí misma, realizando actividades creativas y actividades que le llenan, sin sentir culpabilidad por no estar cuidando de las demás personas.
Flecha al Eneatipo 4 de forma insana, en contacto con el ego:
Una característica del Eneatipo 2 cuando su flecha está en el 4 de modo insano es el ver al otro con envidia, fruto de las comparaciones constantes, abrazando un egocentrismo insano, y sintiéndose un “patito feo” en relación con las demás personas, así como una persona incomprendida socialmente.
Además, entran en juego características como la apatía, susceptibilidad y una melancolía que le lleva a estados de tristeza sin entender bien su porqué. La extravagancia es otra peculiaridad de esta posición, en donde ir a contracorriente se convierte en una característica de este estado (en la ropa, en las relaciones, en sus actitudes…).
¿Cómo es el Eneatipo 2 cuando adquiere las características de su flecha al Eneatipo 8?:
Flecha al Eneatipo 8 de forma sana, en contacto con el ser:
Se convierten en personas inspiradoras, con iniciativa y gran liderazgo, teniendo seguridad en sí mismos y sintiéndose capaces de realizar aquello que se proponen, haciendo que las cosas sucedan.
Las personas en esta posición son defensoras de las causas injustas (aquellas que ellos consideran como tal), pudiendo ser directos y, al mismo tiempo, con gran asertividad.
La disciplina y el coraje es una característica importante en esta posición.
Flecha al Eneatipo 8 de forma insana, en contacto con el ego:
El Eneatipo 2, en esta posición insana se ponen en posiciones confrontativas, pudiendo caer en la agresividad (y después olvidarse, literalmente, de que lo han sido) y en posiciones controladoras con las demás personas, así como dominantes (utilizando técnicas de manipulación para lograr sus objetivos).
Se colocan en una posición infantil en donde son los demás quienes tienen la culpa de todo, atacando y exigiendo constantemente, pudiendo confundir con su falsa ternura en ocasiones, escondiendo actitudes de personas calculadoras.